lunes, 19 de enero de 2009

CONCURSO LITERARIO DEL DÍA DE LA CONSTITUCIÓN

CONCURSO LITERARIO: Día de la Constitución.


RELACIÓN DE PREMIADOS

PRIMER PREMIO: Mª Ángeles Camacho 3ºB
SEGUNDO PREMIO: María Vic Olaya 1º A
TERCER PREMIO: Ana Medina Sáez 2º A
TERCER PREMIO: Ana Scheroff Mirón 2º A
TERCER PREMIO: Ana Isabel Romero García 2º A


RELACIÓN DE PARTICIPANTES

- Ángela Sáez Ventura y Laura Blanco Cifuentes 2º A
- Miriam Artero Clemente 2º A
- Priscila Borbor 4º C
- Reyes Montoya Casado 3º A
- Carolina Palomares Aglio 3º A
- Miguel Ángel Borrás Castro 3º A
- Mª Carmen Pérez Gómez y Daniel Ridruejo Vicente 1º A
- Gabriela Bustos Pedroche 2º B
- Lidia Carranza Linares 2º B
- Camelia López del Fresno 2º A










PRIMER PREMIO: ¿A qué llamamos igualdad?

Igualdad; que bien suena esa palabra; incluso su significado suena bien; pero, ¿qué significa igualdad? ¿Verdaderamente lo sabemos? Porque yo, creo que no. Por lo menos en lo que respecta al artículo 14 de la constitución, en el que se dice que todos somos “IGUALES” ante la ley sin prevalecer discriminación alguna por creencias, nacionalidad, sexo. ¿De verdad se está cumpliendo este derecho? Es más, ¿se podría decir que esto existe? No voy a englobar todas las causas por las que no se debería discriminar; me voy a centrar exclusivamente en una de ellas; que quizás sea la que más repercusión tenga sobre mi futuro, por ser mujer, la discriminación sexista.

Reconozco que hemos avanzado bastante en este ámbito, porque si volvemos solo unos cuantos años atrás la mujer estaba todo el día limpiando y trabajando para su marido e hijos. Ahora las mujeres pueden realizar su vida fuera del ámbito familiar; pueden tener un trabajo como cualquier hombre; pero aún no hay igualdad suficiente. ¿O es que acaso hay derecho a que un hombre cobre más trabajando en el mismo puesto y rindiendo lo mismo que una mujer? Creo que no es justo. Pues aún así, con lo inteligentes y avanzados que decimos ser se siguen dando estos casos. Claro, aquí estamos concienciados en que las mujeres solo sirven para limpiar, cuidad de los hijos y como un mísero aparato de reproducción; porque esto es lo que hemos vivido durante muchos años en España; siempre ha existido el machismo. La poca igualdad que existe, nos parece un mundo; la mejor. Pero no tenemos que conformarnos solo con eso; debemos luchar por lo que nos pertenece; por esa ley que nos hace iguales; por ser lo que somos. Porque vale, puede que ya nosotros nos tengamos que conformar; pero debemos pensar en las futuras generaciones. Si no erradicamos ya esta injusticia, más tarde afectará a nuestras hijas e incluso posiblemente a nuestras nietas. Tenemos que luchar por nuestros derechos; valernos por nosotras mismas. Porque una mujer se merece lo mismo que un hombre y en algunos casos, incluso más. Lo que no podemos permitir es que a la hora de presentarnos para ocupar un puesto de trabajo; si tenemos ideales de formar una familia, cojan antes a un hombre que a nosotras, solo por la baja de maternidad; o que se le dé más importancia al deporte masculino que al femenino solo porque son “tíos” quienes lo practican. Solo y únicamente pedimos un poquito más de igualdad. ¿Es algo tan complicado? ¡Queremos saber el “porqué” de las cosas! ¿Por qué una mujer no puede tener los mismos privilegios que un hombre? ¿Qué ganan los hombres con el machismo? ¿Es que acaso tienen miedo a que también les ganemos a ellos en lo que al ámbito laboral se refiere? De verdad, no lo entiendo. Una mujer es exactamente igual que un hombre excluyendo los rasgos físicos. Porque ante todo, seamos de un sexo u otro, somos personas, y todas las personas nos merecemos lo mismo. Jamás comprenderé el término “igualdad” mientras se sigan dando estos casos. Comprendo que este texto pueda resultar feminista e incluso polémico para algunos hombres; pero estoy haciendo uso de mi libertad de expresión; solo escribo lo que pienso y no lo voy a rectificar.
(Mª Ángeles Camacho)


SEGUNDO PREMIO: Viaje a un mundo mejor.

La vida de Samuel nunca fue fácil. Nació en un pequeño pueblo de Senegal y con ocho años llegó a nuestro país junto a su madre jugándose la vida en uno de esos barcos construidos por ellos mismos.

Su madre tras varios meses mendigando con Samuel, encontró trabajo en una casa y el chico fue obligado por las autoridades a asistir al colegio.
Samuel estaba muy feliz por estar aquí en España, porque para él esto era precioso comparado con la vida que llevaba en su país. Pero temía ir aun colegio porque no sabía nada de español. Y pensaba que no lo iban a aceptar los otros niños.
Cuando llegó al colegio notó como los otros niños lo miraban de arriba abajo y hacían comentarios entre ellos. Una vez en clase la maestra lo presentó y ningún niño se quiso sentar cerca de él porque iba vestido con ropa muy usada y era demasiado negro de piel.
Los días pasaron y Samuel iba aprendiendo algo de español. Le encantaba el colegio y tenía muchas ganas de aprender. Durante el recreo él siempre se sentaa en un banco solo y miraba como los demás jugaban y reían. Nadie lo invitaba a jugar.
Pero un día Elena, una niña de su clase pensó en invitarlo a su fiesta de cumpleaños. El resto de los amigos le dijeron que si Samuel iba, ellos no lo harían. Elena les hizo comprender que Samuel era estupendo y que no se debía juzgar a nadie por el color de piel, por su forma de vestir ni por su pasado.
Al final todos lo comprendieron y una mañana al entrar en la clase Samuel vio escrito en la pizarra “Bienvenido” y todos se abrazaron. Desde entonces Samuel se sintió como uno más y era feliz al ver que la vida no era tan fea como fue en su infancia.
(María Vic Olaya)



TERCER PREMIO: La igualdad y el derecho a ser respetados.

Cada día que me levanto, suelo poner las noticias para informarme de lo que ocurre en el mundo. ¡No!, otra vez, una mujer muerta agredida por su marido; una familia destrozada y un hombre libre con cargos y sin justicia.

Me pregunto, por qué ellos tienen derecho a matar a personas y encima no reciben castigos justos.
Mis abuelos me cuentan que en sus épocas, en otros países, cuando la mujer era infiel al marido, él tenía derecho a matarla, apedrearla, etc.… y ahora no reciben ni justicia. Yo pienso que gran culpa la tiene el gobierno, y muchas otras personas porque no les hacen caso a las que les pasa esto, porque solo están para pelearse, para quien tiene el poder más grande y ser el líder y por si fuera poco para llevarse el dinero de los demás.
Creo que si a nosotros, los niños nos dejasen hablar con ellos nos harían un poquito de caso, porque no es justo que todavía haya escuelas donde la gente con problemas económicos no pueda entrar, y que algunos, incluso la mayoría de ellos puedan matar a las mujeres cada vez que les convenga y sigan sin hacer absolutamente nada.
Espero que dentro de pocos años, nosotros los niños cambiemos estas injusticias que hay en el mundo.
Y bueno, decirle a esta gente: que no son capaces de ver lo que pasa en el mundo, que dejen de pelear por ser más grande que nadie y que se fijen en lo que está pasando en el mundo. Y en el día de la Constitución, que se lean el artículo que hay escrito del derecho y la igualdad, y que dejen ser libres a las personas.

(Ana Medina Sáez)


TERCER PREMIO: La igualdad.

En un artículo de la Constitución Española se dice que todos los españoles somos iguales ante la ley, independientemente de nuestra raza, sexo, creencias, …

Pero, ¿hay igualdad en España? Cada vez salen más y más casos de violencia de género y racista en los medios de comunicación.
Ojalá pudiéramos darnos la vuelta y vernos por dentro; veríamos, entonces que tanto mujeres, hombres, negros, blancos, chinos, indios, esquimales,… somos iguales.
No por ser hombre, mujer, negro o blanco tienes por qué ser peor o mejor, pero hay personas que no piensan así y son violentas con estas, así se ocasiona la violencia de género o racista.
La violencia de género suele ser machista, cuando el hombre se cree dueño de una mujer, y la maltrata. Suele ocurrir en parejas, pero también, hay casos de violencia machista en personas que no se conocían de nada, como la que pasó hace algún tiempo: un hombre se enamoró de una mujer casada, y como ella no le correspondía decidió matarla y le pasó doce veces por encima con el coche.
También hay mujeres a las que maltratan sus parejas y ellas no lo saben. Como lo del caso del profesor Neira que fue a defender a una chica a la que su pareja le estaba agrediendo, y este chico se volvió hacia el profesor y le pegó dejándolo en coma, y la chica dice que no la estaba maltratando y que eso es normal en las parejas.
También hay mujeres que son maltratadas por sus maridos y no lo denuncian por miedo a que este las mate, o porque necesitan dinero o por los niños…
Los maltratos suelen empezar por los insultos, después se pasa a los gritos, más tarde la bofetada, después la paliza y en algunos casos suele terminar con la muerte, y el maltratador se intenta suicidar pero nunca lo consigue.
Como dice el anuncio de televisión:”Ante el maltrato tolerancia cero”.
La violencia racista es otro de los grandes problemas de nuestra sociedad. Es cuando una persona rechaza a otra de una raza distinta a la suya. Un caso de violencia racista, es el que le ocurrió a un chico que iba en el metro o el autobús, no me acuerdo muy bien, y le pegó una patada en la boca a una chica ecuatoriana, solo porque era eso, “ecuatoriana”. También hay gente blanca que se mete con la negra solo porque tienen un color distinto de piel.
Hay tantos casos de violencia racista que me podría tirar escribiendo hasta mañana y no iría ni por la mitad.
Creo que todos los seres humanos sentimos los mismos dolores, el mismo amor por nuestros seres queridos, … y tenemos las mismas necesidades; por lo tanto, debemos tener las mismas oportunidades para trabajar, estudiar y para desarrollarnos como seres humanos, procedamos de donde procedamos, tengamos el color que tengamos y seamos del sexo que seamos. Y si esto es así, ¿quién tiene derecho a arrebatárnoslo?
Nadie, y menos aún personas que no son seres humanos, pues no tienen humanidad.
A mí me gustaría poder decirle a los gobiernos y aún más de cerca a los padres, madres, profesores y demás personas implicadas que entre todos intentemos educar en tolerancia e igualdad a los niños\as desde la cuna, pues creo que es la única manera de erradicar la desigualdad.
Termino esperando que trabajando todos juntos consigamos que el artículo de la Constitución Española que habla sobre la igualdad deje de ser algo escrito en un papel, y, empiece a ser la realidad de nuestra sociedad y la de todos.
(Ana Isabel Romero García)



TERCER PREMIO: Derechos humanos y racismo.

Casi todos los días que voy a ver la tele y pongo las noticias, siempre ocurren las mismas cosas: que si un hombre mata a una mujer, desemplean a personas de color, …

Y yo pienso, ¿esto alguna vez será capaz de cambiar? Por supuesto que sí, si todas las personas nos concienciáramos pensando en que todo ese acoso, discriminación o desprecio nos lo hicieran a nosotros, pensaríamos de otro modo.
El racismo no deberían existir, ya que nadie tiene culpa de nacer con piel morena, blanca, amarilla… Todos deberíamos de aceptarnos tal y como somos para poder ser felices.
Y también pensando en los maltratos hacia mujeres o viceversa, está aún peor visto, porque muchas veces ha habido asesinatos a víctimas que han sido inocentes y el agresor no ha sufrido ningún cargo.
Quiero que estos agresores que han matado a personas sin tener culpa de nada, paguen por lo que han hecho, y que no salgan de la cárcel, y esto se vuelva a repetir una y varias veces.
Me gustaría que, pensando, razonando y actuando las personas se conciencien y que piensen que esto les podría ocurrir a ellos, a sus hijas, padres, etc.
Yo, Ana, escribo esto que es como me ha salido del alma y de mi cabeza. He pensado que todo el mundo debe tener derechos y deberes y que no se discrimine a la gente de color. Las mujeres maltratadas deben denunciar a sus agresores antes de que se produzca una desgracia. Por último digo: “¡Pensad! ¡Reaccionad! ¡Actuad!

(Ana Scheroff Mirón)